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La antropometría permite realizar una evaluación simple del crecimiento físico. Para ello se mide el peso, la longitud o talla, el perímetro cefálico del niño, circunferencia abdominal y posteriormente se comparan los resultados con estándares de crecimiento según la edad y el sexo.
Los valores del índice de masa corporal (IMC) varían durante la infancia y la adolescencia, el IMC es el parámetro que con más frecuencia se
utiliza para el screening del exceso de grasa porque es fácil de determinar y se correlaciona bastante bien con la cantidad de grasa corporal. Para los puntos de corte del IMC en niños y adolescentes, se han elaborado tablas y curvas percentiladas específicas para niños y adolescentes de ambos sexos, desde los 2 a los 19 años de edad.
La obesidad y sus alteraciones metabólicas asociadas, típicas en la edad adulta, comienzan ya en la infancia y permanecen luego en etapas posteriores.
La infancia y la adolescencia son períodos decisivos en la vida del ser humano, en los que se producen múltiples cambios, desde el nacimiento hasta la edad adulta. El crecimiento, maduración y desarrollo son procesos dinámicos que dependen de factores neurohormonales y bioquímicos. De hecho, las proporciones antropométricas y la composición corporal varían constantemente a lo largo de la vida.
La frase "cuando pegue el estirion ya va a adelgazar", no deja de ser eso una frase, ya que sino se modifica la alimentacion en el correr del tiempo ese niño va creciendo malnutrido, y a corto o largo plazo se pueden manifestar distintas patologias. Cuando hablamos de malnutricion no solo se trata de obesidad o desnutrido, sino que hay una serie de diferentes patologias que modificando los habitos alimentarios se pueden evitar. Si hablamos de alimentación nutritiva es una dieta equilibrada que contenga las macro y micronutrientes (vitaminas y los minerales) que ayuda a los niños que alcancen su pleno potencial de crecimiento.
Es más, los estudios científicos han demostrado que el sobrepeso infantil provoca insidiosas consecuencias para la salud, efectos que suelen pasar desapercibidos hasta que los pequeños se hacen mayores.
La aceleración global de crecimiento y maduración, especialmente durante los dos primeros años de la vida y la adolescencia, implica que los parámetros estándares nutricionales se modifiquen notablemente de una etapa a otra. Normalmente, el peso corporal, talla y compartimentos corporales (masa libre de grasa, masa grasa y masa mineral ósea) aumentan constantemente desde el nacimiento hasta la vida adulta.
Sin embargo, la velocidad de crecimiento anual y el aumento proporcional de peso descienden progresivamente desde la época neonatal hasta la adolescencia.
Durante la adolescencia, e influenciadas por factores neurohormonales, la velocidad de crecimiento aumenta hasta que prácticamente alcanza la talla final adulta. Este último pico de crecimiento coincide con la pubertad y, por lo general, ocurre antes en las mujeres que en los hombres.
Un niño obeso tiene el 80% de posibilidades de seguir siéndolo cuando alcanza los 35 años, y un adolescente son sobrepeso u obesidad, incluso si adelgaza en un futuro, incrementa su riesgo de mortalidad por cualquier causa respecto a otro de peso normal, especialmente por desencadenantes cardiovasculares.
La obesidad es más que un acumulo excesivo de grasa corporal. La adiposidad se asocia a la aparición de complicaciones metabólicas adversas, problemas físicos y alteraciones psicológicas a corto y a largo plazo que pueden ser incluidos, en su conjunto, dentro del mismo concepto. La adolescencia es un período particular de la vida en el que se producen sucesivos cambios en la composición corporal y, por lo tanto, también en el IMC.
Si tienes preguntas acerca de la nutrición de tus niños o inquietudes específicas sobre la alimentación de tu hijo, pontee en contacto via mail o por teléfono o reserva el dia que te quede mas cómodo.
